jueves, septiembre 29, 2005

Demasiado humo hoy

Un cubo de 2 metros de lado fabricado en metacrilato. Lleno de humo azulado.
Un hombre desnudo. Dentro.
Desorientado busca la salida. No encuentra.
Se lleva los dedos a la boca simulando que fuma. Cree producir el humo.
Se apoya con las dos manos contra una pared mientras baja la cabeza fatigado y resignado.
Comprende que el humo no le permite ver la salida ni mantenerse en pie. Desolación.
Se sienta en el suelo. Desnudo. Frío.
3 minutos y rompe a llorar. Son lágrimas enormes y cada una que sale de sus lacrimales parecen dolorosos partos.
Ahora el agua al cuello.
El humo es molesto pero el agua ahoga.

martes, septiembre 20, 2005

19.8.05 20´54h (cogelos y matalos)

El otro día estaba en mi casa sin saber qué hacer y me dije: vamos a conectarnos. Cojí y miré la página del canal 10 y miré la programación apartir de las 12.
El viernes echan a las 3 "los veteranos penetradores del ano"
Nacho

viernes, septiembre 16, 2005

rutina

hoy salí del sueño, abrí un ojo, vi que el mundo seguía igual y me volví a dormir.

jueves, septiembre 08, 2005

eso por puta

La mujer chillaba y sus gritos eran trozos afilados de cristal roto que atravesaban los oídos y volvían a estallar dentro del cerebro para esparcirse e incrustarse en él.
Sudaba y todo era horrible, una imagen espantosa, con el pelo empapado y despeinado, la cara roja del esfuerzo, los dientes apretados por el obvio sufrimiento mientras expulsaba aire vehemente y rítmicamente.
Un último alarido y por fin nacía el fruto de su vientre: una gruesa y agresiva serpiente recubierta de una densa y transparente mucosa salía expulsada con fuerza a la vez que abría las fauces con intención ofensiva.
De todas formas no me extraña. Siempre fue un poco puta y un poco víbora.

martes, septiembre 06, 2005

pieses

Un día me dí cuenta de que tenía pies. Yo sabía que estaban ahí abajo pero nunca me paré a pensar en ellos.
Los miré y los miré y ví que eran necesarios, aunque no imprescindibles. Decidí (o me dió una venada) cortarlos, lavarlos, pelarlos y ponerlos a cocer...
Por fin iba a conocer mi propio sabor, tenía bastante curiosidad.
No sabían a nada, comía aire, me pasé la noche vomitando...y aora no tengo pies.

jueves, septiembre 01, 2005

el ladron de musas III

El dueño de la taberna era un gordo, calvo, sudoroso, sucio y sonrosado germano con cara de tener poco sexo satisfactorio en los últimos meses.
Aquél lugar era lóbrego y húmedo, las paredes casi cubiertas de moho. La taberna parecía tener su habitual parroquia y a cada ingenuo que se atrevía a entrar en aquél inhóspito lugar lo acuchillaban con la mirada, yo noté cómo moría varias veces atravesado por ellas antes de cruzar el umbral. Ellos no querían ser mis amigos y a mi me la sudaba esa triste gente, así que opté por sentarme en un apartado lugar y dedicar el tiempo a beber y a fumar.
Tras horas bebiendo me percaté de cómo la bella dama me miraba a través del azulado humo, estoy seguro de que lo hacía, sé que me miraba a mi y a nadie más. Me acababa de enamorar. Estoy seguro de que me miraba a mi. No había nada en esta vida que se pareciera a aquello, debía ser amor.
Me miraba, me sonreía, me susurraba palabras desde la barra, me rozaba la mano a cada copa que me ponía…luego sólo recuerdo levantarme con dolor de cabeza sobre un catre maloliente.

(Continuará)