No quiero ser canto rodado
No quiero ser moldeado por la corriente
No quiero ser quien guste a la gente
No quiero paz dentro de mi
No quiero ser verja de hierro
No quiero dulce cielo
Quiero ser madera que arda
No quiero árbol caído
No quiero permanecer dormido
No pretendo ser engranaje
Busco ser máquina de motor inmóvil pero los hilos que cuelgan de mis manos me delatan
y ya no hay remedio alguno para dicha enfermedad.
Las heridas de las cadenas en los talones y la soga al cuello que ahoga y me impìde ser son pequeñas muestras de mi libertad como ser humano.
Las noches son la continuación de los días en los que pienso que mi mundo ha de cambiar.
A veces pienso entre pesadillas que llegará un momento en el que alguien piense por mi, soy optimista cuando pienso ésto pues estoy seguro de que ya piensan por mi. Sólo me queda elegir entre los dos caminos que el "pensador universal" me ofrece, sin opción a emprender la huida campo a través. Si consiguiera ésto último sería tildado de enfermo por todos cuando en realidad habría descubierto la sanación.
Cada paso titubeante lo darán por mi. Cada uno de éstos significara tensar la soga.
Cada paso decidido, salmón o no, será... ¡yo qué sé qué será!